Biografía de escaladas
Por Mònica Serentill Rubio. Enero del 2014.
Nací en Lleida en 1964, la tierra de las grandes paredes. Hace 33 años que escalo, será costoso resumir y describir cuantas aventuras, miedos, sensaciones he vivido en estos años. Son tantas las amistades de aventuras, tantos los lugares, que es imposible nombrar todo, pero intentaré en unos pocos párrafos contaros algo de lo que me siento satisfecha.
Empecé a escalar con 17 años en Terradets, en plena explosión del Free Climbing, o escalada libre, donde se empezarón a abrir vías impresionantes para la época en Terradets y Vilanova de Meia. Cisco de Balaguer me llevó a mi primera vía larga la Cade, donde estrené los primeros pies de gatos que salieron al mercado “los supergraton”, eran una maravilla comparado con mis “Chirucas”. La siguiente fue la Smoking, donde ya me atreví a ir de primera, en las superplacas de 6a+, con Miquel Angel uno de los “lolos” de la época.
En Barcelona, viví el fervor de la apertura de vías de deportiva en Siurana, junto a mis grandes amigos Joan Cabau, Edu Burgada, Joan Olivé…, o en Montserrat con toda la peña de los “Exploited” y los “Trini Climb”, recuerdos de memorables vías, hoy en día clásicas, como la Brown Sugar en la Momia. En esa época combinaba escala deportiva con escalada libre o con cacharros en diferentes partes de España.
En 1984, conocí a mi gran amiga Mirian Pascual. Miriam no fue mi primera colega de cordada, ya había hecho mis pinitos con Ana Masip en Montserrat y en Terradets. Pero con Mirian tuvimos la suerte de encontrarnos en el momento del gran salto a otro tipo de vías, de más dificultad, más exigentes física y psicológicamente. Con ella escalamos en Verdón, Riglos, Midi d’Ossau, Vilanova de Meia, Regina, Mont-Rebei…, con el equipamiento de la época, buriles, clavos y más tarde spits. En 1986, Mirian y yo viajamos a nuestro pequeño rincón del paraíso, Verdón, para realizar el documental para Al Filo de lo Imposible, allí conseguí realizar mi primer 7b+.
En 1988 hice mi primer viaje a Yosemite con Montero, Xabi Ansa y la cuadrilla de Donosti, que volvían explosivos de casi abrir una vía en la Aguja Standhart, en Patagonia. Ese verano escalé con ellos la Nose, en estilo gallina, es decir yumareando, por eso tuve que repetirla con Nuria unos años más tarde. Con Xabi Ansa escalamos la Directa Este al Half Dome, tres días de escalada con repisas diminutas para dormir. En una de esas repisas, soñé que Miguel se acercaba con un paquete enorme bajo el brazo, era un colchón. Esa noche dormí de maravilla. Descansada y contenta continuamos nuestra escalada por el claro granito del valle. Ese mismo verano Xabi y Montero escalaron la Nose en 12 horas todo un reto en aquella época.
En 1990, Miriam, antes de partir hacia el Meru Peak, me dejó a cargo del diseño e ilustración de su mítico libro “Bájame una Estrella” para la editorial Desnivel. Se publicó en 1991, mientras yo hacia un viaje de dos meses escalando entre Bugaboos y Yosemite, donde repetí la Nose con Nuria Bach.
En Yosemite me enamoré de Kepa, mi marido y padre de mis dos hijos Nikolás y Martín. Con Kepa hemos compartido grandes aventuras en grandes paredes en Alpes, Pirineos, Riglos, Naranjo, Ordesa, Midi d’Ossau, Catalunya y tantos lugares que casi ni me acuerdo. Con él empecé a realizar aventuras de 24 horas non stop, en Diamond Peak, Colorado o en el Wellhorn en Suiza, junto a otros amigos.
Antes de ir a vivir a Vitoria-Gasteiz, en 1993, viví una experiencia inolvidable para una amante del arte. Tocar, sentir, estar envuelta de plantas de roca, dragones…, escalar la Sagrada Familia de Barcelona para un programa de aventuras llamado Alatul de TV3.
En el año 1994 ingresé en la Escuela Alavesa de Alta Montaña e impartí cursos de escalada en roca durante 5 años. En 1999, tras el nacimiento de mi primer hijo, decidí dejar la EAAM por no disponer del tiempo suficiente.
Con la llegada de mis hijos, el trabajo, las responsabilidades, he continuado escalando pero el ritmo de escaladas, y más a grandes paredes, ha descendido considerablemente.
Este verano he podido disfrutar como nunca escalando con Ana Maeztu en la Cabrera, metiendo “friends y tascones” en lindas fisuras, en Galayos con Kepa, escaladas en la Maze, Dibona y Ailefroide (Alpes) con Elzbieta o con mi querido amigo Joan Cabau en el Pic Termier, (Galibier) la dura vía Le feu sacré. Nos quedamos a dos largos de la cima por mal tiempo.
Este año, 2014, se presenta caliente ya que cumpliré 50 años, 25 aniversario de mi Murciana al Naranjo y este regalo que me habéis ofrecido con el Premio Loli López Goñi, por la Trayectoria en el Alpinismo Femenino. Me gustaría dedicar este premio a todas esas mujeres, amigas, conocidas y anónimas, que me he encontrado en tantas cumbres alrededor del mundo. A esas mujeres, que no tienen nombre pero todos los fines de semana escalan, suben montes, porque es lo que les gusta, sienten y viven junto a sus compañeras de ilusiones. No quiero olvidarme de mi amiga Toni Galván, casi tan veterana como yo, que tantos retos, ilusiones y risas hemos compartido, viajando y escalando.
Escalar no sólo es un deporte, es una forma de ser, es un camino que va labrando incansablemente un carácter. ¡Qué suerte he tenido de conocerte, escalada!